- Porque Aún no has demostrado nada, debut oficial del costarricense Ed
Sánchez-Gómez (aka Umbra Sum), publicado después de un largo proceso de
gestación, merece todas y cada una de sus influencias. Tanto las reconocidas
(Beach Boys, Los Jaivas, Hood, My Bloody Valentine, Sonic Youth) como las que
me sugieren mi educación musical y emocional: Los Planetas y los primeros
Silvania.
-Porque la primera vez que escuché su maqueta me encontraba en una
situación en la que se alternaban periodos de querer quitarme de en medio y
desaparecer de la faz de la música y otros de exaltación total (no solo del
amor). Descubrirle decantó la balanza, aunque durase poco y terminase mal. Eso
sí, cuando desperté, las canciones seguían ahí.
-Porque en 21 años se pueden contar con los dedos de una mano los fichajes
que hemos hecho desde la nada, sin referencias previas. Normalmente el flechazo
surge por un concierto, la recomendación
de un amigo, el boca a boca/oreja a oreja, o tomando nosotros la iniciativa
tras leer una reseña en un medio de confianza. El único caso parecido que
recuerdo fue el de APSE (otro CD
casi anónimo en el buzón).
-Porque en nuestra primera conversación intenté convencer a Ed de que
cambiase el nombre de su proyecto personal. ¿Cómo que Umbra Sum? ¿Se puede pensar en algo con menos gancho? Vale,
significa “Sombra Somos” en latín, pero... Por supuesto no aceptó. Y ahora me alegro.
-Por su sano eclecticismo (nada de forzar el mestizaje). En el disco hay
ruido y armonías, rítmica serpenteante, capas de voces que funcionan como
unidad coral y también como mural para unas letras que apelan tanto al cielo
como al terruño, como si el CD fuese una artesanal pero solidísima casa-árbol
de maderas exóticas en el denso bosque del indie-rock.
-Por tener los santos cojones de presentarse con un videoclip tan raro como
el de “Que el verano nos perdone”, dirigido por Jairo Jiménez Cabezas. Un
infierno futurista de formas geométricas que pueden hacerte perder la
paciencia, pero que cuando llegas al final te deja absolutamente extasiado. Y
viendo cómo sale el sol.
-Porque hace mucho tiempo que no recibíamos tanto interés por parte de
crítica y público de todo el mundo: desde Nueva Zelanda a Uzbekistán (no me lo
invento), de México a Taiwán. Más allá de éxitos pasados con Migala (era otra
época, y cantaban en inglés), ZA! (una anomalía) o Aroah, solo puedo
compararlos con Mus, que aún usando el asturiano como idioma, llegaron bien lejos.
Debo confesar que tuve el pálpito de que algo así sucedería. Pero como otros
tantos pálpitos, podría haber terminado en el cubo de la basura de los
pálpitos.
-Porque Umbra Sum mantiene su personalidad lírica y estética desde el principio hasta
el final del disco (¡y con una portada
tan bonita y evocadora!) y acaba siendo lo de menos que Aún no has demostrado nada fuese masterizado por Jeff Lipton (Arcade Fire, Bon Iver, The
Magnetic Fields).
-Por la extrañeza que produce en el
oyente algo que me gustaría definir como “la emoción de migrante”. Umbra Sum es
para gente que se encuentra –habite o no en su propio país- tan expatriada como
Ed Sánchez-Gómez, que reside en
Chicago, que vivió en Argentina y que publica en un sello español. “La emoción
del migrante” es que escuchar tus canciones te haga sentir como esas veces que
nos despertamos creyendo que estamos en otro sitio. Y que lo estemos. Y que ese
hotel, o esa cama de circunstancias sea en parte amenazante y en parte cálida y
tentadora.
-Porque sus textos y sus melodías demuestran que etéreo no es sinónimo de
inocente, y desde el primer instante estos 33 minutos de mini-álbum da un
puñetazo en la mesa, con armonías veraniegas, sincretismo
folclórico-psicodélico, espíritu lúgubre y sentidos estruendos melódicos.